En
el anterior artículo hablábamos de vehículos y estrategias para ahorrar
combustible. Pero sólo abarcaba lo conocido hasta ahora. En este artículo
hablaré de eficiencia o del valor aportado por las ruedas desde una nueva
perspectiva. Es momento de ser imaginativos e innovadores aunque nos pueda
parecer descabellado a día de hoy.
Las ruedas de un vehículo cumplen las
siguientes funciones (valor añadido):
v Soportar el peso del
vehículo.
v Asegurar la adherencia al
suelo.
La adherencia al suelo viene definida por el
coeficiente de rodadura µr, que para una rueda en contacto con el
asfalto suele tomar el valor 0,01. Siendo la fuerza de rozamiento F=µrN
y N el peso.
Sin embargo, el coeficiente de rozamiento
sólo es aprovechado al máximo en los siguientes casos:
v Aceleraciones bruscas.
v Frenadas de emergencia.
v Curvas rápidas y/o
cerradas.
En estos casos µr es usado en su
totalidad pero cuando circulamos en línea recta solo es un gasto en combustible
que no aporta valor. Por tanto, lo ideal es que la rueda sólo tenga el µr necesario en cada momento para el menor
consumo. Por ejemplo: en la recta el coeficiente puede ser ínfimo y en
frenadas o curvas mayor según la exigencia, llegando al 100% de la rueda sólo
cuando sea necesario.
El primer paso lo ha
constituido el conocer que es lo que aporta valor (útil) y lo que no. Ahora,
conocidas las necesidades debemos definir un producto que cumpla o se alinee
con nuestra meta.
Las estrategias pueden
ser muchas. Presentaremos algunas ideas:
v Deformación de materiales
v Variación de presión
v Variación del diámetro
y/o ancho.
Deformación de materiales: para esto podemos
diseñar una rueda con materiales inteligentes que se deforme cuando las fuerzas
inerciales sobre la ruedas lo exijan, gastando así lo mínimo en rectas.
Variación de presión: también podemos elevar
o disminuir la presión en el interior de la rueda según lo necesitemos. En la
rectas la presión sería mayor y menor en las curvas.
Variación del diámetro y/o ancho: el coeficiente de rozamiento a la rodadura es inversamente proporcional al radio (µr=µ/R). Por eso podemos imaginar un neumático que en rectas tiene más diámetro y/o menos ancho.
Podríamos seguir planteando todas las alternativas
o combinaciones que podamos imaginar. Pero después, lo más importante es
siempre intentar llevarlo a la práctica.
La idea desde el
punto de vista LEAN es sólo usar en cada momento el mínimo rozamiento necesario
para garantizar la adherencia y seguridad, todo el rozamiento adicional es
despilfarro en combustible y en prestaciones.
Innovar siempre es complejo y costoso. Ser
pionero en una tarea es arduo pero a la larga vale la pena.
Curiosamente he leído estos días que Dunlop recientemente ha presentado en el salón de Ginebra un prototipo de neumático inteligente con un microchip incorporado en el neumático. Este neumático inteligente se comunica con un ordenador central. Adaptando su respuesta a cada situación. Permite mejorar su respuesta en caso de frenadas exigentes, curvas o en situaciones de falta de adherencia.
Como comprobamos, lo que ayer era una utopía hoy ya casi es una realidad. Por tanto, no debemos dejar de soñar pero lo más importante es poner en práctica nuestras ideas. De lo contrario, después sólo cabe lamentarse.
Ante cualquier duda no
vaciléis en consultarme.
Jesús Fdez
leanfacil@gmail.com